Como lo diría Saouri, desde que el viernes pasado la Agencia EFE publicó la noticia sobre el cuadragésimo aniversario de nuestro querido Mazinger Z, que ocurrió el 3 de Diciembre, todos los periódicos tradicionales y on-line del mundo se copiaron la noticia y la propagaron como reguero de pólvora. A más de un treintañero o cuarentón que no esté pendiente del mundo del ánime se le habrá escapado una lagrimita. Definitivamente esos años 80’s fueron mejores tiempos, y Mazinger que nació en 1972 en tierra nipona, llegó a estas tierras aproximadamente 14 años después para convertirse en el gran ícono de nuestras infancias.
Lejos de ponerme a “copiar y pegar” la nota de EFE, me gustaría compartir con ustedes lo que fue, es y será Mazinger Z para mí. Siendo niño, como de seis o siete años, siempre veía dibujos animados como Bugs Bunny, Mickey Mouse, Popeye, que divertían con situaciones humorísticas. También estaban los superhéroes como Batman, Spiderman, Aquaman, Superman, entre otros que entretenían con sus series llenas de acción. Pero entre toda esta animación clásica norteamericana, apareció una serie de Robots gigantes realizada en Japón llamada Mazinger Z.
En Mazinger Z nos encontramos realmente con algo novedoso para la época. Un joven huérfano debe convertirse en el piloto de un Súper Robot construido por su abuelo con el fin de luchar contra un ejército de bestias mecánicas comandadas por un viejo científico loco y sus secuaces que planean conquistar el mundo entero. Para uno que estaba acostumbrado a reírse con las ocurrencias del conejo de la suerte escapando de su cazador, de aprender las letras y los números con los personajes de Plaza Sésamo, de ver a Popeye comiendo espinacas para darle a Brutus su merecido por querer quitarle su delgada novia y que de repente te aparezca una serie donde en el primer capítulo destruyen gran parte de una ciudad, en un atentado con explosivos matan a un indefenso anciano y sus dos nietos tras llorar su pérdida deciden hacerle frente a su destino y enfrentar a quienes les arrebataron a su abuelo definitivamente representaban un contraste significativo para lo que yo veía en la televisión a esa corta edad. Eso no solo me pasó a mí. Más de un@ sabe a que me refiero.
Kôji, el joven que debe pilotear a Mazinger Z, tiene la libertad de decidir si convertirse en un “Dios” (suena pretencioso en nuestro idioma pero según la visión nipona el término tiene más tendencia a “héroe”) que proteja a la humanidad o convertirse en el “Demonio” que la termine de guiar a su destrucción, (de ahi que el nombre del robot sea un juego de palabras en japonés: “Ma” – Demonio, “Jin” – Dios para conformar “Majinga” que es como se dice en japonés “Mazinger”, además que “MaJin” es una variación de “MaShin” que a su vez es el sonido aproximado de “Machine” que en inglés significa “Máquina”). Afortunadamente para el mundo Kôji se va por el buen camino, pero igual, como en toda batalla contra el mal, muchas vidas se pierden, ciudades quedan destruidas por doquier y una robot femenina llama Afrodita A golpea con sus pechos a los enemigos de Mazinger Z para ayudarlo, o sea… y uno con seis o siete añitos viendo eso, jajajajaja :P.
En fin, esta serie que fue censurada en varios países y que en algunos no se transmitió completa fue la que personalmente en mi infancia hizo surgir muchos sentimientos que no había sentido antes tales como odio, tristeza, amor y que mal que bien después uno mismo transmite a sus seres más cercanos. Hoy a mis 33 años de edad, no soy ningún ladrón o asesino, ni un enfermo mental, ni sociópata, ni violador por culpa de los dibujos animados que veía ya que siempre conté con la orientación de mis padres y familiares más cercanos, por eso es que nunca he creído que la televisión sea la gran culpable de que los niños y los adultos de hoy en día sean como son, la gente de ahora es tan patán como lo es actualmente debido a los padres que olvidan el rol importante y el deber que tienen en la crianza de sus hijos y delegan esa tarea a la televisión, a la Internet y a las malas amistades que rodean a los niños. Tamaño error que cada día crece más y más.
En resumen, Mazinger Z siempre será una serie a la que le tendré un gran cariño, así esté muy pero muy viejito y que por supuesto le permitiré ver a mis hijos con la debida orientación claro está, para que como yo aprendan que uno debe luchar contra todo por lo que uno sueña en esta vida y que siempre debemos buscar a como de lugar la protección de nuestros seres queridos.
Gracias Go Nagai.
¡Saludos Fotónicos y Nos Estamos Leyendo! ^_^
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