FitCar 2006

Feria de Interminables Tediosas Colas Angustiosamente Repetitivas. Así creo que debería llamarse al evento de La Carlota. A lo mejor porque yo soy un tipo de lo peor que sólo ve las cosas negativas de la vida o soy la persona con la peor suerte del mundo, más de uno si habrá podido disfrutar de la mencionada Feria, pero ese no fui yo.

A las 11 de la mañana hice mi colita junto mi mamá para tomar el autobús y la verdad que a pesar de estar algo larga, en 30 minutos ya estabamos en el transporte. A los 10 minutos ya estabamos en La Carlota, para encontrarnos con la no grata sorpresa de que debíamos hacer una gigantesca cola de no sé cuántas cuadras para entrar al aeropuerto. Ya llegamos aquí, no nos podíamos devolver, 1 hora y 17 minutos tardamos en hacerla.

Cuando pasamos la entrada que ya creíamos era la entrada, ¡Oh, Sorpresa!, ¡Una cola más!, pero ahora separaban a los hombres de las mujeres, una cola para cada sexo, ¡a lo recluta pues!. Pasaron 15 minutos.

Por fin pasamos, lo que creíamos era el último obstáculo en cuanto a colas se refiere, pero no, pueden adivinar, al entrar (por fin) al FitCar, habían unas colas con una longitud igual (por lo menos la del Domo de la Copa América) a la de la pista de aterrizaje del Aeropuerto, es decir, no pudimos entrar a ninguno de los toldos que habían colocado para cada una de las temáticas de la Feria, era algo inhumano, la cola para el Domo de Fútbol casi no avanzaba, duré 40 minutos haciendola pero no se movió ni por un instante. Decidí acercarme a la puerta del stand futbolístico para enterarme que ya no había nada allí para comprar y que supuestamente los jugadores de la selección habían estado temprano en la mañana pero ya se habían ido como a la 2 pm. Yo estaba allí a las 3:30 pm cuando me entere.

Al final, las 2 cosas que pude hacer fue comerme un Choripan y comprar una camiseta (muy pava, eso sí), pintada a mano con un dibujito indígena. No sé si esto es para prepararnos para lo que vendrá después del 3 de diciembre: todo gratis para el venezolano, eso sí, tendremos que aguantarnos nuestras inhumanas colas para lograrlo.

Esto fue lo que viví del FitCar, puras colas y nada realmente equivalente al esfuerzo hecho; si alguien pudo disfrutar de este evento, que me lo diga porque de verdad no lo pude apreciar y pues no me quedaron muchas ganas de volver el año que viene.