Relato Post-Asalto

Por poco y se acaba este blog junto a su humilde creador. El día sábado como a eso de las 3 de la tarde mientras me dirigía hacia la casa de mi primo Carlos y a una cuadra del Búlevar de Sabana Grande como quien va hacia La Campiña, me convertí en una víctima más de la ya famosa hampa de Caracas. El sujeto en cuestión se me acercó mientras caminaba solicitandome información sobre una dirección, al responderle que no sabía, me tomó de la mano derecha, me dijo que era un individuo de Petare, de un sector que no me acuerdo, mostró disimuladamente el arma de fuego que tenía, además de confirmarme que me estaba asaltando. El miedo por supuesto se apoderó de mi, pero la mente fría, gracias a Dios, fue la que prevaleció. Yo le respondí al asaltante que tranquilo, no hay problema, tu tienes el arma, yo no tengo arma, (creo que esto lo ví en alguna película, todavía no me acuerdo cual), toma lo que quieres pero por favor no me vayas a hacer daño.

"Tranquilo, tu hazte el loco, sigue hablando y caminando como si fuéramos amigos, muéstrame tu celular", me dijo el ladrón a lo que proseguí a sacar mi Nokia 2280, (Azulito, pantalla blanco y negro, no polifónico, sin camaríta, de los viejitos pues...), con desprecio el individuo me contestó: "¡Eso es una mierda, guarda esa vaina pana, eso no me sirve pa' na!, enséñame la billetera". Le pasé la billetera y sacó el único billete de Bs. 10.000 y volvió a hablarme: "¡No joa, tu lo que eres un pela bolas!, ¡¿10.000 bolo' no ma'?!, ¡No....!". Lamentablemente vio la tarjeta de débito que allí tenía y me dijo: "Vamos pa' un cajero pue', que yo necesito más rial, y cuidado con hacer algo raro ya sabes lo que tengo aquí".

Ya yo me estaba poniendo demasiado nervioso, esto se estaba convirtiéndo en un "semi-secuestro express" y le dije al hombre mientras buscabamos un cajero: "Por favor vamos al cajero y me dejas tranquilo, estoy muy nervioso y no sé que me puedas hacer con esa arma en un lugar donde no esté nadie...", "Tu tranquilo", me dijo nuevamente, "me sacas 50.000 bolo' y tu sigue por tu camino y yo sigo por el mío como si na'... ". Cuando por fin encontramos un cajero bueno en un Banco de Venezuela, el tipo entró conmigo y sin perder detalle de mi Clave le retiré su cantidad solitada a lo que me respondió: "Saca otros 50 por si acaso, que unos pañales valen 30.000 y además tengo a mi madre enferma". "Está bien pana, ya te voy a sacar otros 50", le contesté ya muy nerviosamente, "pero por favor te pido nuevamente que no me hagas daño y me dejes en paz".

¿Cuál fue mi sorpresa cuando intenté sacar los otros Bs. 50.000 del cajero?, el aparato se había bloqueado, y como resultado aparecía el mensaje de transacción cancelada. Con la impaciencia mostrada por el hampón, le dije que iba a intentar de nuevo, repetí los pasos y el cajero respondió con el mismo mensaje. "Tu me bloqueaste esa vaina pana, tu la bloqueaste pa' no darme ma' rial", me dijo ante la situación. Me imaginé en las noticias: "Muerto joven ingeniero de 27 años en cajero con un impacto de bala" (el cajero era de estos con puerta de vidrío oscura, por eso pensé que el tipo me mataba y se iba tranquilazo hasta que alguien entrara al lugar de los hechos). Con los nervios ya a millón y como quien ya perdió el juego le respondí: "¡Mira, tu viste que en las tres ocasiones he metido 3 veces la misma clave y el mismo número de cédula, es más, aquí está mi cédula para que compruebes, yo no voy a estar jugando con mi vida!"...

El individuo decidió dejarlo hasta ahi y salimos del cajero, "Sigue por tu camino y yo sigo por el mío, cuidado con hacer algo, ya sabes, estoy detrás tuyo". Sin mirar hacia atrás y encomendándome a Dios continué avanzando a mi ritmo hacia la casa de mi primo a tres cuadras, sin correr ni nada; el episodio traumático había culminado.

Desgraciadamente, en esta ciudad ya no se puede dar ni la hora, ni una dirección, tendré que comportarme como un grosero cuando alguien se me acerque y me pida información, es el único consejo que se me ocurre en estos momentos, además de tener un celular que tenga funciones simples como el mío, considerado como una "mierda" por el antisocial en cuestión. He quedado con una sensación de impotencia...

Nos estamos leyendo.

JC